Archive for the 'Estos humanos están locos, locos' Category

Detalles que te alegran el día

Yo pensaba, no, estaba segura de que todo estaba inventado. To-do. Pues bien, me equivoqué de medio a medio.

En los días pasados con eso de enviar tarjetas, recibir tarjetas, empaquetar regalos, desempaquetar, abrir cajas de cartón, cortarme los dedos con el cartón y un sin fin de mimiedades tan típicas como estas, estuve a punto de volverme loca.

Un ejemplo que lo ilustra bien. ¿Qué hago cuando leo en un paquete/botella/bote/lata/tetrapack el logo «abre fácil»? Pues que me pongo a sudar de sólo pensar lo que me va a costar abrir el maldito envoltorio. ¿Me cortaré; me haré un esguince; me saldrá una ampolla; me pegaré un puñetazo en la nariz; me abriré la muñeca? Porque todas estas cosas me han pasado alguna vez mientras luchaba con el abre fácil.

En román paladino: me vuelvo loca con mimiedades. Mi madre siempre suelta lo de «hija, es que todo a ti te pone de los nervios. Y tiene razón porque me subo por las paredes con facilidad y en seguida espeto cosas de las que me arrepiento al segundo pero ahí que caen… En fin.

Pero ¡tachán! todavía hay fe en el mundo. Todavía es posible abrir paquetes sin subirse por las paredes porque señoras y señores, niños y niñas hay un sistema para abrir paquetes y similares con promesa de estar «libre de toda frustración», literal y ¡certificado!

Vamos, que abres y no te enteras de cómo lo has hecho. Tiras y ya. ¿Se le puede pedir más a la vida?

Suspire aliviado cuando vea esta marca

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Por qué los alemanes llevan peinados tan raros

Con esto del wordpress se pueden hacer verdaderas maravillas y, de paso, aprender algo de lo que la gente busca.

El otro día mirando de dónde me venían las visitas encontré que alguien había aterrizado en mi blog porque buscaba respuesta a esta duda existencial que copio aquí literalmente:

-”¿Por qué los alemanes tienen peinados raros?”

Oh! amigo o amiga. Has ido a dar con la pregunta del millón.

Yo la respuesta así de sopetón no la tengo pero te aseguro que sí que es cierto que los alemanes/as buscan siempre llevar el pelo más estrafalario de la orbe. Ahí no más.

No hace mucho mi suegra apareció con un mechón de pelo rojo/rosa fosforito así en medio del poco pelo que de ha dado dios para preguntar qué nos parecía.

– Fatal – pensamos, pero sólo nos salió un – a la moda.

Porque aquí por desgracia está a la moda llevar mechones de colores horterísimos repartidos por la cabellera porque «hay que dar algo de color a la vida»; o eso es lo que me han dicho.

Con el tiempo y algo de más valor acabé preguntando a mi suegra por el mechón ese y alucinen lo que me soltó.

– Mi peluquera me ha asegurado que con mechones así llamas la atención de los hombres y te dan un toque más interesante.

O_o

O_o

O_o

-Ya veo – me atreví a balbucear.

Con los hombres funciona de distinta forma porque ellos ya piensan que son únicos pero lo que todavía no han asimilado que copiar de mala manera el peinado del último famoso no significa que te conviertas tú en una superestrella. Digamos que el que el corte de pelo o el color les quede bien es secundario. Lo importante es hacer el esfuerzo y gastarse la pasta en la peluquería. Pero en fin.

Yo, y si le decís a alguien que lo he dicho montaré en cólera, creo que los alemanes llevan peinados tan raros porque simplemente no tienen gusto. Ojo, que no digo que tooodos los alemanes tengan mal gusto, no. Digo que por lo general no destacan por ser el culmen de la elegancia.

Ahora ya me podéis destripar, pero ojito con ir chivando estas cosas por ahí.

Las alemanas y el secador

Hola a todos de nuevo. Sigo viva aunque a veces no lo parezca por lo poco que os escribo pero es que mi vida no es un pozo sin fondo de excitación. Es más bien pura rutina y será que estoy más acostumbrada al ambiente que me rodea y ya no me asusto casi de nada. Y digo casi porque, para qué engañarnos, los alemanes son muy raros.

Hoy me centraré en el género femenino. Allá voy.

Resulta que yo nunca, o casi nunca, me seco el pelo con secador. Antes de echarme la bronca por ello dejadme que os cuente unas cositas porque el tema tiene su aquel.

Años ha andaba yo por La Habana cuando me topé con una señora muy simpática, o eso creía yo por la sonrisa que tenía pegada a la cara. Según se acercaba la buena señora yo pensaba que o me iba a pedir la hora o quería preguntarme, como otros muchos, si era gallega y si quería casarme con su hijo. Pues bien, ni una cosa ni la otra. Allí estaba yo disfrutando de todo aquel cubanismo concentrado y la dama sólo se me acercó para regañarme por llevar el pelo mojado. Sí, sí. Porque llevar el pelo mojado por la calle queda muy feo a no ser que una acabe de salir del agua o esté tomando el sol en la piscina.

Pero aquella cubana no fue la última en regañarme.

Años más tarde poco menos que me obligaron a comprar un secador en Inglaterra porque agobiaba al personal con tanta humedad en la cabeza. Por lo visto los ingleses tienen bastante con el clima como para que llegue una giri con el pelo húmedo y así sin mucho peinar. No point. Por supuesto que utilizaba el secador en contadísimas ocasiones pero maldita la gracia que me hacía; así que el secador fue lo primerito que decidí no meter en la maleta en el viaje de vuelta.

En España, los que me conocen pues no me dicen nada aunque levanto ampollas porque además me ato el pelo estando aún mojado y ¡me deja marcas cuando se seca! Yo pensaba que era mi problema pero no. No sé las veces que me han dado la charla con el asunto cuando a mí me parece de lo más cómodo. Pero en fin.

Alemania es, sin embargo, el país que se lleva la palma. Las alemanas adoran su secador de pelo. Les faltará para comer pero para el secador, jamás. Entiendo perfectamente que a -20ºC en invierno no es una buena idea salir con el pelo mojado por ahí porque además de congelarse el pelo (lo sé por experiencia) parece que las ideas dejan también de fluir y ese es un riesgo que no me puedo permitir. Acepto, por tanto, salir a la calle en invierno con el pelo seco, pero ¿porqué tengo que secarme el pelo con secador cuando estoy en casa y tenemos la calefacción a todo trapo? Pues no, os juro que por no oír a las féminas termino por usar el secador ¡qué pesadas!

Lo peor es cuando en verano a más de 30ºC me ¡miran mal por llevar el pelo mojado! Así que después de indagar me he enterado que por ahí corre el rumor de que si no te secas el pelo bajo un chorro de aire caliente superdesagradable corres el riesgo de pillar la gripe ESPAÑOLA, nada menos. Vaya cosas de las que se entera una.

En Alemania se paga hasta por mear

Como lo leen. Li-te-ral. Allá donde vayan tarde o temprano tendrán que pagar por mear. Podría ser una ley de Murphy pero no, es la cruda y cara realidad.

Prácticamente todos los bares y restaurantes tienen o bien un platito «indicando» el lugar en el que alojar las monedas, un torniquete que sólo se mueve para dejarte pasar previo pago o directamente a una limpiadora que se encarga de dejar claro que de ahí no sales sin dejar la propina de rigor. Éste último caso es el que más me agobia al fin y al cabo la pobre mujer se encarga, sin gran éxito, de limpiar el retrete antes y después de entrar y, seamos sinceros, el ambiente no puede ser más incómodo.

Lo de los torniquetes se ve más en las estaciones de servicio de las autopistas. Es como entrar en el metro; tú metes el euro -sí un euraco- o los 50 céntimos -sigue siendo caro- en la ranura y no pasa nada si no tienes calderilla porque la máquina tiene cambio hasta si metes billetes de cincuenta, empujas y voilá, ya puedes mear tranquilamente. Lo bueno de estos métodos es que es casi imposible encontrarse un retrete sucio. Bien es cierto que también hay agujeros infectos donde evacuar la vejiga gratuitos en las carreteras teutonas pero no hay color. En los de pago hasta te perfuman el ambiente.

Pero una, que es muy lista, ha encontrado la manera de utilizar retretes ajenos sin pagar un céntimo; al menos en los bares, que no es poco.

Por razones que ahora no vienen a cuento he sido visitanteasiduadecuartosdebaño en las últimas semanas y he desarrollado una técnica infalible para librarme de pagar los 10 céntimos (como mínimo) me se exigen en bares y restaurantes en caso de no ser cliente.

Pues bien, no hay nada como poner cara de corderito degollado y pedir permiso ¡EN INGLÉS! Como ya recordarán en Alemania es mentira que todo el mundo hable inglés y las pobres chicas de las cafeterías no saben como explicarte, en inglés, que «claro que puede usted utilizar nuestro aseado cuarto de baño pero deberá abonar una cantidad no inferior a 10 céntimos». Así que nada, te mirar de arriba a bajo, te sonríen tragando salida y a lo más te indican por señas a donde dirigirte con un cortito «yes».

No es que yo sea mala, pero comprendan que estamos hablando de una necesidad biológica que es nada menos que patrimonio de la humanidad. No es de recibo ir por ahí negando un derecho adquirido en milenios de evolución así como así. Yo por mi parte prometo aguantar todo lo posible pero no se me enfaden si intento que no me timen con eso de los 10 centimitos de nada.

Por supuesto todo esto es un secreto pero les sacará de más de un apuro. Recuerden: cara de panoli y un Could I use the TOILET, PLEASSSSSSSE?

Ponga a un suizo en su vida, o a una japonesa

Como la experiencia se repite casi cada verano pues os la voy a comentar.

Gracias a los espíritus tengo yo amigos esparcidos por todas partes. Bueno, es estupendo tener amigos de muchos sitios distintos aunque es todo un arte conseguir verlos aunque sea de vez en cuando. A lo que voy. Resulta que tarde o temprano acabo pasando mis vacaciones con gentes de otros lugares generando combinaciones como: dos españolas, un suizo, un alemán o dos suecos, un suizo, una española y un alemán o dos japonesas, dos españoles y tres suizos o un griego, una francesa, una eslovaca, dos españoles, una colombiana y tres italianos o cinco italianos y yo (esa fue para contar, pero en otro momento).

El caso es que allá por donde vamos pues generamos expectación, como es lógico y  situaciones interesantes como la que hoy quiero contar. Me he dado cuenta de que da lo mismo las nacionalidades que conformen un grupo, si hay un suizo -y digo suizo, no suiza- entre nosotros SIEMPRE nos tratan bien en TODAS partes.

Lo juro por Snoopy y por el alma de Mafalda que es verdad. En el momento que en un bar, restaurante, hotel, museo, agencia de viajes, estación de tren, agencia de alquiler de coches, ferry, taxi o cualquier lugar que se visite en vacaciones, dices que uno es suizo … todo se vuelve de color de rosa. El servicio mejora, te empiezan a tratar con más deferencia y no paran de hacer preguntas con sonrisas de oreja a oreja. Vamos que es raro que algo se tuerza.

Lo mismo sucede cuando vas con UNA (no más) japonesa. Todo son deferencias. ¡Si hasta nos abrieron la puerta de una oficina de turismo una vez! En el momento que hay más de una japonesa la cosa cambia y te empiezan a tratar como ganado pero con una…como la mantequilla.

Así que ya lo saben, si desean tener unas vacaciones perfectas, alquilen un suizo o inviten a aquella japonesa que conocieron aquella vez en no sé donde porque les asegurará unos días sin complicaciones.

Humor alemán

Para que luego digan que los alemanes no tienen sentido del humor.
Este video va para todos aquellos que estudian -con mayor o menor éxito- alemán, ahora que parece que se está poniendo tan de moda.

Nota: Obviamente no tiene ningún sentido.


La razón de ser de este lugar

Vivir fuera tiene sus cosas. Cada día algo nuevo, una costumbre, una expresión, el aspecto de las cosas y personas que te rodean... Esas cosas son las que me dicen que aquí (sea donde sea) no es como allí. Con esta bitácora quiero contar esas pequeñas cosas que nos hacen distintos y convierten mis estancias en otros lugares en experiencias siempre fascinantes. Por favor, si alguien quiere aportar su granito de arena es bienvenido porque somos muchos que por unas razones u otras vivimos lejos.... pero cerca.
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Lo que da de sí el invierno

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